martes, 29 de enero de 2019

Soy el amor



El año se termina y todo se revierte,
reaparecen ilusiones dormidas,
encuentro cada dia repleto de emociones,
me convierto en amor a cada instante.
Siento el calor en mi piel
y la poesía me invade, estoy poseída
por palabras mágicas, por sueños perfectos,
por delirios y por tempestades.
El olor de la humedad que la lluvia me trae
me recuerda otros tiempos, de amores encontrados.
El fulgor de un relámpago iluminando el cielo
en la noche cerrada, desprovista de miedos,
recomiendo internarse en las alas del sueño,
encender el deseo dormido, olvidado,
recorrer en silencio la noche iluminada,
y esperar al amor que me busca en la calle,
a la vuelta de mi cuerpo,
al pasar por la esquina,
encontrando el corazón abierto,
el que tenía
esperando por vos, amor, que no venías.

Respirar la música

En el aire se respira la música
del pensamiento, del son de la esperanza.
En el aire se respira la música
de los amantes felices cuando bailan,
y las flores respiran y se exaltan,
y se muestran en perfumes plenas
de luz, de amor y de nostalgias.
Los abrazos hoy desgranan notas
que de a poco van formando danzas,
se combinan, se desarman y rearman
cuando buscan sostener los brazos de su amada.
Las miradas suenan en el alma
con compases de melodias santas,
no se siente la vida si no cantan,
no se siente el amor si no hay palabras.
Es la voz la que me lleva hasta los cielos,
es la música la que me brota y me levanta,
cada día tiene un son distinto que acompaña
y que vibra en alegría al despertar, cada mañana.
Mi corazón percibe música, y tiene alas,
y sueños y poesía en el suspiro
que emiten las luciérnagas de noche iluminadas.
Solo queda esperar y escuchar esos sonidos
que pueblan la noche de amor, entre las ramas
acunadas por la brisa, sin poder frenarla,
porque la música lo encierra todo:
el andar cotidiano a la luz de las guirnaldas,
en una noche de luna y de hechizos encantada.