viernes, 28 de marzo de 2014

Despertar

Llega un tiempo
en que una mujer comprende, de pronto la verdad,
que su cuerpo dejó de ser objeto
para convertirse en puerto de un navío
que en sus aguas quiera amarrar.
Llega un tiempo
en que el humo de espejismos
ya no deslumbra
ni acerca su remanso hacia el mar;
a ese mar que se muestra embravecido,
mutilado, desgastado, nada tiene para dar.
Llega un tiempo
en que todo se vislumbra, cae la venda
y no hay nada más que dar,
solamente se disipan en la noche,
en la indiferencia los fantasmas
ya no tienen el poder de dominar.
Llega un tiempo
en que una mujer entiende, que la dicha es amar,
y no es posible mancillar el sentimiento,
con navegantes que carecen de humanidad.
Ese tiempo ha llegado, donde nada
podrá apartarla del camino que ha de andar,
el sendero que la viste con mil flores,
con perfumes de amor y de felicidad.
Hoy despiertas del sueño adormecido,
de la nada, del vacío, del dolor que no es el tuyo,
entrégate a la vida y deja afuera,
lo que nada tiene en el alma, para darte.
Muéstrate y brilla con tu luz incandescente,
que tu vida está hecha para recibir y amar.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Siempre la misma lluvia

Lluvia maravillosa, te adoraré siempre,
me traes la melancolía de algún sueño,
de momentos perdidos y olvidados en el tiempo,
de abrazos interminables bajo el rumor de tu canto.
Maravillosa lluvia, que limpias las tristezas,
que riegas nuestros campos, que das vida a la siembra,
que nutres a la tierra de tus aguas sagradas,
adoraré por siempre tu luz sin sol ni luna,
por el brillo que dejas al mundo cuando pasas.
Lluvia maravillosa que buscas dar la vida,
a este mundo inquieto y revuelto de gentes,
que corren y se agitan, que se esconden en la noche,
bajo los suaves techos y buscan el refugio
de las sábanas tibias y de brazos amantes.
La lluvia de siempre y siempre la distinta,
la que busca incrustarse, en el corazón de los hombres
y en el alma de la tierra que recibe su bendita humedad,
acércate a mi, y deja tu signo inmaculado,
despierta sueños nuevos que hoy estoy extrañando
esos brazos tan tiernos que me daban amor.

lunes, 17 de marzo de 2014

Aún creo en el amor

Si, aún creo en el amor entre dos personas,
ese amor que te mantiene a dos metros sobre el suelo,
elevada y vibrando,
el amor que te mantiene viva,
y que te hace renacer en cada encuentro.
Aún creo en el amor,
y en los besos dulces de despedida,
en los brazos fuertes cuando te abraza.
Aún creo en el amor,
en ese palpitar del corazón cuando se acerca,
en el fuego del cuerpo cuando te habla.
Aún creo en el amor,
en la ternura que, después de la pasión,
te encuentra al lado, juntos y dándote más amor
en una caricia o un beso suave, sin malicia.
Porque aún creo en el amor,
me animo a intentarlo y a seguir en la esperanza,
de soñarte y de pensar que estás tan cerca,
que me verás completa, y no a pedazos,
que me darás amor cuanto te ame,
y que seremos dos
entrelazados alma con alma,
corazón con corazón.