Juntos

No importa si es para dormir o para amarte,
si es para conversar o para sentir tus brazos rodearme.
No importa si es para soñar o para compartir el lecho,
solo quiero estar en el abrazo fuerte y sincero
que recibo desde lo profundo de tu sentimiento.
Si estoy en la cocina y estás en el cuarto,
si estoy a tu lado o si estamos lejos,
me gusta compartir todo contigo,
la mesa, la música, la luz del sol, la noche, el día.
Saber que en cualquier momento me tendrás
en el contacto tierno de tus cálidas manos,
en el murmullo suave de tu voz contra mi cuello,
en la mirada atenta, y en el roce tierno.
Así sea el fuego o la pasividad del día a día,
todo lo quiero en tu compañía: claridad y oscuridad,
pasión y calma, locura y cordura, todo a su tiempo.
Lo quiero todo de tu alma y quiero
ser la luz que te dibuje una sonrisa,
que te lleve a caminar a rumbos nuevos,
que te invoque a cada instante la alegría.
Quiero ser esa mujer con quién todos los días
reinventes el amor y, juntos, recorramos la vida.

Eres tú

Tu mirada me recorre entera,
y yo siento que no queda espacio
para otra cosa que no sea el amor.
Con tus manos me enseñas el mundo,
con tus besos me llevas al cielo,
y tus brazos que me atan a tus sueños
me llevan a volar, me despegan del suelo.
Con tus labios dibujas en mis labios
una historia de amor imaginada,
con tu voz me propones y me llevas
a un lugar donde soñé amarte.
Es un golpe de pasión y de ternura
lo que siento al verte y al rozarte,
es el paso del amor entre nosotros,
el lazo indestructible que nos mantiene unidos.
Ya no hay lágrimas que me torturen,
ya no hay dolor ni tristeza en mis ojos,
solo hay ilusiones y alegría
que me inundan de amor día tras día.
Eres el que yo esperaba e imaginaba,
Eres el amor que sabía que vendría,
Eres mi sueño al fin hecho materia,
Eres el hombre que elijo a cada instante,
el que acompaña mis pasos por la vida.

Nosotros

Un remolino de emociones 
me recorre,
me invitan a volar y a ello me dedico,
entrego el corazón y me elevo,
estoy en el cielo de los sueños mas puros.
Un instante de paz, y otro de dudas,
que se fueron borrando 
ante los hechos.
Que no puedo decirte que no quiero, 
que no puedo decirte que te vayas,
no consigo pensar en otra cosa
que no sea el momento de volver a vernos.
Cada hora se convierte en un instante,
y no quiero dejar que pase 
o que termine,
ya no puedo alejarme sin besarte, 
y no logro escapar de tus motivos:
los mismos que tenía al conocerte, 
los motivos que buscaba 
en algún hombre, 
ese hombre ideal, el que esperaba
que me lleve a las nubes 
con sus sueños.
Y así sin pensar te acomodaste
en mi corazón sin permiso, 
te instalaste, 
con sencillez y con palabras simples,
eligiéndome para el camino, 
aquél que sé que recorreremos juntos, 
de la mano y a la par,
amándonos y entregando
lo mejor de nosotros: lo que sentimos.