La luna enamorada se escapa, de madrugada
buscando la puerta que la lleve al sol.
No recuerda en qué momento, despertando de su sueño,
imaginando un compañero del sol se enamoró.
La realidad esquiva, la soledad de su vida
le deja en las mañanas las caricias de ese amor.
Ese sueño interminable, esa búsqueda insaciable
donde solo hay ilusiones rotas y desunión.
Nunca pueden encontrarse, nunca podrán amarse,
pues el camino los enfrenta entre la noche y el día.
Solitarios se desean, se buscan mas no se acercan,
el destino los convierte en dos parias del amor.
Nunca llores la partida del amor que no sería
porque nada, nada había en ese duro corazón.
Ilusiones insondables, deseos incontrolables,
pasiones encendidas que solo dejarían dolor.
Es mejor dejarlo todo, cada uno con su modo
viviendo sin encontrarse, como la luna y el sol.
Y así va pasando el tiempo, con ir y venir de sueños
el eclipse los encuentra frente a frente, lado a lado.
Como un instante perfecto y perpetuo en el espacio:
La luna y el Sol unidos de repente se encontraron.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario