Un remolino de emociones
me recorre,
me invitan a volar y a ello me dedico,
entrego el corazón y me elevo,
estoy en el cielo de los sueños mas puros.
Un instante de paz, y otro de dudas,
que se fueron borrando
ante los hechos.
Que no puedo decirte que no quiero,
que no puedo decirte que te vayas,
no consigo pensar en otra cosa
que no sea el momento de volver a vernos.
Cada hora se convierte en un instante,
y no quiero dejar que pase
o que termine,
ya no puedo alejarme sin besarte,
y no logro escapar de tus motivos:
los mismos que tenía al conocerte,
los motivos que buscaba
en algún hombre,
ese hombre ideal, el que esperaba
que me lleve a las nubes
con sus sueños.
Y así sin pensar te acomodaste
en mi corazón sin permiso,
te instalaste,
con sencillez y con palabras simples,
eligiéndome para el camino,
aquél que sé que recorreremos juntos,
de la mano y a la par,
amándonos y entregando
lo mejor de nosotros: lo que sentimos.
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