Como una mariposa que aparece de pronto, así, con ese soplo fugaz la tristeza se esfuma. Al ver en mi ventana las sombras la noche, oir el murmullo de las hojas al viento, me susurran palabras de consuelo y de aliento, me conminan a erguirme buscando solo paz.
Quisiera que el olvido se convierta en soplo, que borre cada nota de discordia en mi hogar. Que los ángeles cubran de paciencia y de goce cada instante vivido y reine la verdad.
Al ver tanta miseria, en gentes insensibles, me siento afortunada, tanta pena me dan...algunos tienen tanto, podrían ser felices, pero no lo disfrutan, no lo saben valorar.
Tal vez cuando reciban aquello que regalan, miserias y mentiras, lo puedan comprender, tal vez no hayan venido a esta vida sencilla, a aprender, a entregarse, a ser feliz al dar.
Por eso me conmuevo ante la brisa nocturna, el batir de las hojas que susurran su cantar.
Y donde se escondía mi dolor tan punzante, ahora hay un vacío, pero no duele mas, porque cada momento que pase más lo acerca al instante supremo de entender mi pensar.
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