Las sorpresas de la vida

La vida te da sorpresas, pero qué bueno es vivir. Toda experiencia es un aprendizaje, para cambiar algo, para mejorar, para entender que se puede ser feliz aún ante los aullidos de la jauría. Cuando te agotan la paciencia y de nuevo, aprendes que todo pasa, que nada es eterno, que el tiempo es oro, y que cada minuto de alegría y de felicidad es mi responsabilidad. Que si están en mi contra los que me adulaban, significa que estaba y estoy en el buen camino, que como dijo El Quijote "ladran Sancho, señal que cabalgamos". Agradezco cada experiencia, cada hipócrita que se me cruza, cada envidioso que quiere aplastarme, cada ser hermoso que me da su aliento sincero, que me trata con amor, y a quien me acepta con lo mejor y lo peor de mi. Agradezco a los que sin conocerme, me perciben tal cual soy, sin tapujos, y entregada a vivir cada momento como si fuera el último, porque lo último que quiero es vivir a medias, sin ser yo, y dejando pasar las oportunidades para crecer. Agradezco ser confiada, recibir con el corazón aunque no siempre lo entiendan, o reconozcan que todo es con el mayor amor, sentimiento que no todos pueden sentir, y que lamentablemente se pierden la vida en el recorrido diario hacia la luz.