jueves, 5 de junio de 2014

El peso del mundo

Recordé que soy solo una mujer
que no tiene hombros tan anchos para soportar
el peso del mundo sobre mi.
Recordé que mis hombros son pequeños,
que mis brazos sostienen niños tiernos,
que el mundo es muy grande para mí.
Recordé que mi regazo es dulce y frágil,
que está hecho para sostener una cabeza
que se apoye a soñar o a llorar sobre mi.
Recordé que soy solo una mujer
que, pequeña es, para llevar sobre su espalda
el peso del mundo sobre mi.
Y recordé que nada jamás pudo vencerme,
que las noches en vela, rebelándome al sueño
fueron noches sin rumbo, con ilusiones nuevas
al despertar, a un nuevo amanecer.
Recordé que todo pasa pronto,
y solo con el tiempo puedes notarlo,
que parece que son años de sufrimientos,
pero al pasar los años, son solo momentos,
que quedaron en el olvido,
que fueron un letargo, y de pronto apareció otra vez
el sol inundando la oscuridad
con su luz, dándome vida.

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